Las convicciones personales de los estudiantes, practicantes
y docentes de toda actividad marcial afectan dramáticamente a la concepción esta
y al propósito final del uso de las armas.
Es por ello que puedo afirmar que la Academia de Esgrima
Láser es privilegiada al contar con un ecléctico elenco de discípulos. Entre
ellos hay grandes eruditos de distintas materias que, en acertada simbiosis,
enriquecen la profundidad del temario, complementando los conocimientos académicos
centrales con su experiencia y esfuerzo, y ofreciendo una labor de
investigación que cada día otorga más peso al hecho de que: “las armas han de
ser estudiadas para evitar necesitar hacer uso de ellas”.
Entre los ilustres individuos a los que tengo el honor de
considerar alumnos está Gabriel Ruiz, siendo este un individuo ilustrado en
diferentes ámbitos, destacando en su conocimiento de la teología, y en su
particular forma de entenderla.
Cabe aclarar que, en la Academia, la teología formal está lejos de entenderse como
una justificación de la fe particular, siendo tratada como una disciplina
cercana a la filosofía y emergente de ella, que ha condicionado el saber humano
y la relación de este durante toda la historia, en mayor medida en los últimos
dos mil años, marcando la forma en la que los hombres han usado las armas y
justificado los conflictos.
Gran parte de la historia reciente de la filosofía ha estado teñida,
justificada y disfrazada por los preceptos teológicos. Ejemplo de ello es la
obra del Maestro Don Jerónimo de Carranza: “De la Filosofía de las Armas y
de su Destreza y la Agresión y Defensa Cristiana”, la cual está impregnada de las creencias del autor desde el mismo
nombre. Por ende, es notable esta influencia en las obras de Pacheco y Rada,
que han bebido directamente del sevillano, así como otras muchas obras, que se
matizan y comprenden mejor tras el estudio, riguroso y ajeno a dogmas, de la
lógica de Jesús de Nazaret.
Es por ello que manifiesto orgullo por tener a Gabriel Ruiz y a sus compañeros a
bordo de esta gesta académica, pues ofrecen la oportunidad de profundizar en el
saber esgrimístico desde perspectivas dispares, que solo pueden engrandecerlo.